Hoy disfrutamos de compartir imágenes, videos, memes por internet gracias a Hedy Lamarr, una talentosa actriz que dedicaba sus tiempos libres a crear.
La historia de Hedy es increíble, fue la primera mujer que se presentó desnuda y recreó un orgasmo en la historia del cine, lo cuál fue totalmente controversial en 1933.
“Cualquier chica puede ser glamurosa. Lo único que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer tonta”, comentó en algún momento, insatisfecha de su fructífera carrera como actriz. Es por eso que se dedicaba a inventar y desarrollar distintas ideas luchando por ser reconocida por su inteligencia y no por su atractivo.
Algunos de sus proyectos fueron crear un avión más veloz uniendo la forma de un pez y un pájaro, diseñó señales de tránsito e insistió en la creación de pastillas que convirtieran el agua en gaseosas. Pero entre todos sus inventos, el que más destacó fue un sistema de salto de frecuencias de comunicación.
Lamarr siempre estuvo en contra el régimen nazi, declarándose una enemiga del nazismo, es por eso que cansada del trato de su esposo y su ideología nazi, en cuanto pudo huyó a Londres y después a Estados Unidos para liberarse de la vida que tenía con él.
Ya en Estados Unidos, continuó con su carrera como actriz y al mismo tiempo como inventora. Un día Lamarr conoció al compositor y pianista George Antheil, un pionero de la música mecanizada y la sincronización automática de instrumentos. Unió su genio al de su amigo y juntos crearon el sistema de frecuencias que patentaron en 1940 para entregárselo al Ejército norteamericano. No fueron comprendidos en su momento ya que un pianista y una actriz no podían tener la solución a un problema tan complejo en ese entonces.
No fue sino hasta 1957 cuando ingenieros de Silvania Electronics Systems Division desarrollaron el sistema patentado por Hedy y George, tres años luego de que caducara la patente de Hedy, por lo cual jamás recibió un peso por su invento, menos un reconocimiento.
Entonces Hedy volvió a un trabajo que le pesaba al no poder ser reconocida por su condición de inventora, pero sí de mujer fatal. Intercaló maridos con papeles cada vez menores en el cine. A los 35 años ya no encajaba en el perfil exótico y sensual que la industria le había construido. Su vida se desmoronaba: la maternidad le resultaba tediosa y el amor parecía inalcanzable.
A los 50 años fue acusada de hurto por esconder algunas prendas en una tienda por valor de 86 dólares. Fue declarada no culpable, pero su reputación quedó en el suelo. Se fue a la ruina económica y se volvió cada vez más ermitaña, al punto que ya nadie sabía quién era ni lo que había sido alguna vez.
Sin embargo, en la década de los noventa su inventó se empezó a adaptar para las futuras redes de WiFi y telefonía celular. A los 80 años, Hedy Lamarr volvió a ser rica y famosa, pero, lo más importante para ella, fue reconocida, finalmente, por su inteligencia como una pionera de la tecnología moderna.
Fuentes: Fundación BBVA – Biografias y vidas – Dinero en imagen
