En los meses más críticos de la pandemia del 2021, muchos profesionales de la salud trabajaron incansablemente. Incluso en casos cuando faltaban manos, los practicantes de enfermería fueron parte crucial del personal de vacunación. “En un momento nos volvimos como robots vacunando y explicándole a la gente cómo era el proceso”, menciona Constanza al instante de recordar su labor en el Cesfam Santa Teresa de San Joaquín, a mediados del año pasado. Pasaban los pacientes uno a uno, entregaban su brazo con confianza a la licenciada en enfermería, sin saber que quien los estaba vacunando es una de las tatuadoras con la agenda más solicitada para la técnica del microrealismo en Chile.
El estudio de Constanza (@constanzatattoo) queda en Eliodoro Yáñez, Providencia, en las alturas de un tercer piso, donde las múltiples ventanas del espacio hacen un juego lumínico que no envidia a ninguna catedral. Una serie de dibujos pequeños de mascotas, en su mayoría perros, adornan parte de su espacio haciendo fusión con plantas en maceteros tejidos, espejos y tintas veganas. Cada tatuaje que realiza es una obra distinta donde además de grabarla, debe sentirla.
¿Qué significa para ti un tatuaje?
Para mí, un tatuaje es una forma de definirme, de mostrarle a los demás qué es lo que me inspira, qué cosas significan lo importante para mí y también una forma de decorar nuestro cuerpo. Por ejemplo, no todos mis tatuajes tienen significados, hay muchos que me los hice porque me gustaron. Al final es tu cuerpo y lo puedes decorar con lo que tú quieras.
¿Cómo comenzaste a tatuar?
La primera vez que tatué fue a mi padre. Mi papá me incitaba a aprender distintas cosas. En el 2018, estábamos tomando cursos de pastelería y cocina, él me mencionó que me inscribiera en el curso de tatuaje. “¡Estás loco! Jajaja”, le dije. Y lo hice. En el curso había gente muy tatuada, yo con suerte tenía 3 tatuajes. Pero lo que sí tenía eran ganas de aprender, siempre me habían gustado los tatuajes en general y conocía algunos estilos como el puntillismo o el black and gray (realismo que cubre la mayor parte del brazo). Cuando terminé el curso, que duró solo un fin de semana, me entusiasmé y compré pieles sintéticas y una máquina para aprender y practicar más. Me costó $180.000 en ese tiempo.
Fue todo muy a la vida. Mientras estudiaba enfermería en el día, durante la noche me dedicaba a practicar con aguja y tinta. Un día mi papá me dijo que quería que lo tatuara. Me sentí con miedo, ya que no sabía cuál era la profundidad donde debía insertar la aguja, pero a pesar de todo me atreví y me gustó. Le tatué a nuestra perrita, una pug llamada Blue.
¿De dónde viene el afán por tatuar dibujos de mascotas?
Siempre me han gustado los perros. Quería hacerme a mis perritas, pero había muy pocos tatuadores que tatuaran mascotas. Solo había 2 personas que lo hacían: Rodrigo Clunes (@clunestattoo) y JP Furyart (@fury_art). Ahí fue cuando me dije: “quiero ser yo esa persona que haga los tatuajes más increíbles de perros y gatos, que la gente piense en mí cuando quiera tatuarse a su mascota”. Quise ser esa persona a la cual le confiarías un retrato tan importante como ese.
Yo generé un lazo muy fuerte con mis mascotas. Sé que se siente llevar a un ser que amas en tu piel. Cuando alguien viene a tatuarse a su perro que falleció o que lo perdieron, el proceso se transforma en una terapia, ya que están sanando su pérdida a través del tatuaje. Algunos se ponen a llorar o se emocionan. Siempre me emociono con ellos por lo que es inevitable el abrazo al finalizar la sesión. Yo tengo a mi Blue tatuada 4 veces en el cuerpo.
¿En qué consiste la técnica del micro realismo?
Es una técnica que se utiliza mucho en países asiáticos. Los tatuadores coreanos comenzaron a hacer realismo, pero de una manera pequeña y detallista. La técnica se hace con una aguja muy pequeña, la más pequeña si es posible para que el dibujo quede bien resuelto. Lo más difícil de este trabajo es la paciencia de hacer algo diminuto y que te tome el tiempo necesario para que quede bien. La capacidad de dar detalles a través del microrealismo es mi sello, el hecho de que una mascota quede distinta a otra a pesar de las similitudes. La diferencia se logra principalmente en la mirada.
Del disfraz de enfermera al de tatuadora
Desde pequeña Constanza mostró un afán por el arte y el dibujo, al momento de salir del colegio y elegir una carrera no le fue fácil tomar una decisión. Por un lado, estaba su pasión, mientras que, por otro lado, la presión de su familia por ejercer una carrera más estable, considerando el panorama que vive el arte y la cultura en el país. Es así como finalizó la carrera de enfermería. Luego de los turnos de vacunación en la semana, Constanza llegaba a casa a sacarse el disfraz de enfermera, como ella llama al clásico uniforme azul, para comenzar a tatuar.
¿Cómo fue el paralelismo de terminar enfermería y tatuar?
Si bien enfermería no era mi carrera favorita, la elegí porque sentía que podía tener más contacto con las personas. Esa cercanía con el paciente es algo que también se suele dar cuando tatúas, además que como el tattoo se hace en una parte de la piel llamada dermis, en comparación con una inyección que traspasa toda piel, yo era más gentil con la gente a la hora de vacunar porque ya sabía lo que podía doler un tatuaje.
A medida que iba estudiando la salud, mi padre vio mucha pasión en mí y lo mucho que me gustaba tatuar, y ahí fue cuando decidió apoyarme a ojos cerrados, quizás en un principio pensó que era una fase en mí. Él siempre confío en mí a la hora de hacerle dibujos o probar nuevas técnicas en la piel. Sin embargo, me habría gustado estudiar algo con arte o, por qué no, estudiarlo en el futuro.
“Ser perseverante es uno de mis lemas”
Mientras Constanza se despide de María José, una de sus clientas que llegó a ella gracias a que una celebridad enseñará en su Instagram el tatuaje que le realizó, se quita los guantes de látex para confirmar a otros clientes mediante la agenda telefónica. “A veces tengo clientes hasta el fin de semana. Cuesta un poco decir que no cuando te gusta lo que haces”, comenta la tatuadora quien actualmente está 100% dedicada a trabajar en el estudio.
¿A qué famosos has tatuado?
He tatuado a algunas actrices y gente de internet. En septiembre del año pasado le realicé un diseño a Antonella Ríos (@antonellarios), se trataba de su perrito Lupo que había fallecido pocos días antes. También a la actriz Vivianne Dietz (@viviannedietz) quién se realizó una fecha importante y al periodista web, Felipe Cárdenas (@chelipecardenas). Además de toda su buena onda, me sirvió bastante cuando los enseñaron en sus redes sociales.
¿Cómo ves el rubro del tatuaje en Chile?
Creo que va en muy buen camino. La gente se está tatuando harto, y en Chile hay muy buenos tatuadores. En el país cada vez son más los tatuadores que se perfeccionan. Dentro de la técnica del microrealismo, también está Dinna (@dinna.tattoer), Felipe Abel (@felipeabelart), José Prieto Donoso (@joseprietodonoso) y más. Además, antes se pensaba que era un mundo mayoritariamente masculino, sin embargo, cada vez somos más mujeres y buenas tatuadoras por lo demás. Estamos generando un cambio.
¿Qué consejo le darías a personas que quieren comenzar a tatuar?
Les diría que sean perseverantes, ese es uno de mis lemas. El rubro del tatuaje tiene muchas frustraciones, es muy competitivo y si no vas mejorando, no vas creciendo como artista. También es importante que tengan ganas de aprender, aprender a dibujar, estar al tanto de nuevas técnicas. Y siempre practicar antes con pieles sintéticas, nunca comenzar enseguida con piel real ya que el cuerpo de las personas no es un juego.