Por. Marcelo Cardespi
Es cierto! No existe otra princesa Disney que saliera del arquetipo de ser una mujer con una personalidad sumisa, delicada y con una figura tipo muñequita Barbie, que hasta las villanas de todas las películas de Disney debían poseer a diferencia de Úrsula, curvilínea y un modelo a seguir por su inmensa autoestima y amor propio debería ser el mejor ejemplo por quienes la conocen por primera vez, llegando a convertirse en uno de los iconos más importantes de la cultura LGBTQI+ de dibujos animados de la historia.
La canción «POBRES ALMAS EN DESGRACIA» resulta ser un manifiesto que va en contra desde las inseguridades humanas y de como deberían ser las mujeres en sociedad, que hasta el día de hoy, pese a la lucha que se alzó desde el #METOO aún es exigido que el género femenino siga manteniendo los tipos de comportamientos machistas que existen desde siglos atrás.
La critica social que representa este personaje es digno de cuestionar positivamente, por la sencilla razón de que creer en ti mismo y sentirte empoderado e independiente, es la manera de como cada uno de nosotros debería llevar su propia existencia y que para muchos espectadores no llegan al análisis sicológico que nos entrega LA SIRENITA.