Por. Nicolás O. García
Diseñadores existen muchos, pero son pocos los que se atreven a innovar y arriesgarse a probar nuevos materiales y texturas que crean tendencias que rozan lo irreal. La diseñadora nacida en Holanda Iris Van Herpen es una de ellas, y es que su trabajo ha logrado combinar técnicas manuales y digitales para crear alta costura, realizando sofisticadas prendas que parecen sacadas de un utópico cuento de hadas.
La holandesa se formó en el Institute of the Arts Arnhem antes de lograr una beca y trabajar para Alexander McQueen, pero no fue hasta 2007 que se lanzó con su línea propia. “Para mí la moda es una forma de arte muy cercana a mí y a mi cuerpo. Lo vivo como la expresión de mi identidad combinada con mi deseo, mi estado de ánimo y mis referencias culturales”, ha declarado Iris, quien prefiere describir su trabajo como algo más artístico, ya que no es para nada cercana a lo comercial. En 2011, la revista TIME incluyó un vestido de Herpen estampado en 3D como uno de los 50 Mejores Inventos del año, y como no, si desde que se atrevió a llevar a cabo su firma ha conseguido enmarcar su ADN en cada prenda, siendo reconocible fácilmente al ver sus piezas que parecieran ilusiones ópticas.
En julio de este año presentó su colección Otoño – Invierno 2018 en la semana de la moda de París, la cual se caracterizó por estampados abstractos, túnicas de textura similar al tul, prendas que creaban efectos ópticos y muchas transparencias, así como los colores que variaron entre blanco, ocre y grises para dar paso a tonalidades más vivas como el azul, verde o rojo. Sin duda, Iris Van Herpen es una de esas diseñadoras que emociona esperar qué traerán para su próxima colección, tal como un libro de ciencia ficción, la mejor parte es que no sabemos qué esperar.
