ART & MUSIC

Klaus Nomi, la promesa que murió en soledad.

Por. Javiera Acuña

Una fascinante leyenda de la música que se convirtió en un personaje de culto, impactando la estética audiovisual de nuestros días. Klaus Nomi, fue un cantante Alemán. Reconocido por sus únicas interpretaciones vocales y por fusionar la ópera, el rock y el pop. Recordado por sus extravagantes actuaciones teatrales, su maquillaje recargado, su vestuario futurista y su peinado único y estilizado que exageraba las entradas de su cabello. Estéticamente, podríamos describirlo como un extraterrestre que cayó de una galaxia lejana.

Su nombre artístico «Nomi», es un anagrama de la palabra «Omni», que era el título de su revista favorita que trataba de extraterrestres.​

En los años 60s, con 16 años comenzó a trabajar como ayudante de la ópera, en Berlín, donde después de terminar las presentaciones le cantaba al personal de mantenimiento música de María Callas y Elvis. En los años 70s llegó a vivir a New York, donde se introdujo rápidamente al ambiente artístico underground de East Village.

Sus composiciones se terminaron mezclando en el terreno del new wave al colaborar con artistas como Nina Hagen hasta David Bowie, quién fue a ver una presentación de Nomi y luego decidió contratarlo como coristas para su aparición en el programa televisivo «Saturday Night Live», donde interpretaron la canción «The Man Who Sold the World». Presentación que le abrió las puertas a Nomi, que en 1981 lanzó su primer álbum titulado Klaus Nomi.

Su trayectoria musical fue corta y concluyó con su fallecimiento el día 6 de agosto de 1983 a consecuencia de SIDA, convirtiéndose en uno de los primeros famosos en morir a causa del virus, en una época en donde se creía que era la plaga de la comunidad gay, existía mucha discriminación y se conocía muy poca información al respecto. Nomi tenía 39 años y pasó sus últimos días de vida aislado y abadonado por la mayoría de sus amistades.​

Joey Arias, uno de sus amigos más cercanos relató los últimos días de Nomi:

«Los doctores me obligaron a utilizar un traje de plástico cuando lo visité, tenía prohibido tocarlo y después de unas semanas parecía haber mejorado, Podía caminar. Abandonó el hospital y luego de un tiempo desarrolló kaposis, por lo que tenía marcas en todo su cuerpo y en sus ojos hendiduras moradas. Hacía gracia de eso y decía, ‘ahora llámenme el Nomi de puntos’. Después realmente se debilitó y lo llevamos de urgencia al hospital, por que dejó de ingerir alimentos debido a un cáncer estomacal. Luego le brotó herpes en todo su cuerpo. Hablé con él la noche del 5 de agosto y me dijo, ‘¿Joey, y ahora qué hago? ya no me quieren más en el hospital, me desconectaron de todas las máquinas y no estoy mejorando, Klaus murió esa noche mientras dormía.»

Klaus Nomi, destacó por su singularidad, en todos los sentidos posibles y hasta el día de hoy es recordado como uno de los artistas, que a pesar de su corta carrera, marcaron a la generación newyorkina de la época.

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