Por. Nicolás O. García
Es innegable que la temática transgénero (siempre existente) en el último tiempo ha adquirido una notoriedad y visibilidad mucho más amplia. Y es que hoy las personas transgénero son una parte de nuestra sociedad desde el ámbito legislativo al más cotidiano, como siempre debió haber sido, y es interesante ver cómo las artes ya sean de consumo masivo o más bien alternativo han contribuido a brindarnos un mayor espectro sobre esto.
Es aquí donde hoy fijaremos nuestra mirada en Sophie Xeon, o estilizado como SOPHIE, una productora nacida en Glasgow que ha vivido en Berlín, Londres y Los Ángeles. SOPHIE se dio levemente a conocer con su single «Bipp» en 2013, y decimos levemente ya que googlear SOPHIE inicialmente no llevaba a ningún resultado. No se dejaba ver nunca, sus pocas entrevistas no las concedía personalmente además de modificar su voz, y sus apariciones en redes sociales eran prácticamente inexistentes. Sus canciones parecían el producto de una mezcla entre partes de música electrónica fusionadas con una voz femenina casi sacada de un comercial de Barbie y muchos chillidos al borde de lo inexplicable, según SOPHIE no se trata de samples sino de la misma física del sonido, intentando emular texturas sonoras de distintos materiales o procesos físicos. Los siguientes años fueron un viaje entre el mundo oculto de internet y el mainstream, ya que hacia el 2015 comenzó a colaborar con artistas como Charli XCX hasta llegar a ser parte del último disco de Madonna como productora en la canción «Bitch I’m Madonna» junto a Diplo.
Pero no fue hasta octubre del año pasado que la artista se mostró como tal y comenzó a jugar con su imagen y su estética, al lanzar el video de su sencillo «It’s Okay To Cry» donde canta por primera vez con su voz real a torso desnudo delante de una escena de nubes que se mueven a su alrededor. Desde aquel momento hasta el estreno de su álbum «Oil Of Every Pearl’s Un-Insides», SOPHIE ha acaparado la atención del público apareciendo en sesiones de fotos y protagonizando sus vídeos, sin el esmero de ocultar su imagen como hace unos años, y cabe resaltar que SOPHIE no va por la vida de abanderada de la cultura queer o transgénero, sólo se muestra tal y como es sin dar muchas explicaciones. La estética de SOPHIE rompe los márgenes del género impuestos por la sociedad, ya que sin presentarse con una imagen exageradamente «femenina», no pretende seguir un culto a la belleza perfecta de revista. Recientemente cubrió la portada de la revista Paper Magazine donde en varias fotos se le aprecia en topless y otros looks que sin mayor trasfondo sólo pretende mostrarnos a SOPHIE en su naturalidad e intentar dejar de definirla dentro de los estándares del género binario y observarla como una persona más. Sin duda SOPHIE seguirá dando que hablar con más proyectos musicales en curso y su imagen acaparando cada vez más la atención de los medios.